Hoy de nuevo en DEADLYWOOD, y por segunda vez, mi queridísima hermanita del mal, Blanca Ninwen. Como ya sabréis, una de las cuatro niñas que aparecen por partida doble en este viaje fotográfico, dando una pequeña idea de lo importante que es esta “pequeñina” para mí.
Esta foto fue tomada un día después de la otra que aparece en DEADLYWOOD, concretamente el ocho de agosto de este año, una fecha que se nos quedará grabada para siempre y que terminó por unirnos todavía mucho más.
Tras la improvisada tarde fotográfica del día anterior con concierto y salida nocturna incluida, el día siguiente tocaba mañana de playa y tarde de sesión. Había muchas ideas en mente y aprovechando toda esa sensualidad y atractivo que desprende Blanquita cada vez que respira, nos decidimos poner a trabajar en algo fetichista…
Con el “Generation NExt” de Pepsi sonando por petición de Blanca (que tiempos!) y alternando con el “Born this way” de Lady Gaga nos pasamos una tarde en la que pusimos patas arriba toooooooooda su casa para poder trabajar a gusto. Movimos muebles, camas, armarios, espejos… vamos, la montamos bien gorda.
Hicimos bastantes fotos y muy diferentes, desde saltando en cama con cojines, súper sensuales rodeada de espejos, en el balcón e incluso algunas en la calle como fin de fiesta antes de que la pequeña diablilla se me cansase y me dijese: NO MÁS.
La foto que veis es una foto que puede resultar bastante típica: foto de niña guapa en balcón… algo que se ha hecho infinidad de veces, pero que aún así , yo tenía muchas ganas de hacer. Originalmente era una de las fotos que habíamos pensado Marisel y yo en Atenas, pero como no localizamos el sitio, pues se me quedó grabada en mi memoria fotográfica.
La foto se tomó justo después de la serie “Blanca salta en la caaaaaaama!”, ja, ja, ja… Le expliqué un poco lo que quería, que era básicamente una foto de ella de espaldas a mí en el balcón y la señorita de mis maldades empezó a posar de mil formas distintas con toda naturalidad. Hicimos, no sé, alrededor de 60 fotos… a cada cual mejor, y yo alucinaba porque estaban saliendo auténticas obras de arte. De verdad me daba pena parar, pero realmente, solo buscaba una foto.
De hecho, como anécdota, y mientras Blanca estaba de vacaciones en Málaga, sin ordenador, le tuve que enviar al móvil una selección de unas 35 fotos del balcón para que ella escogiese la que más le gustaba, que no es otra que la que aparece en DEADLYWOOD. Si algo tiene esta preciosidad es que estudia hasta el último detalle en cada foto que se va a publicar de ella.
Hasta aquí todo en orden, sesión alocada, agotadora y fructífera… y después de trabajar toca descansar y disfrutar, no sin antes devolver la casa a su estado “inicial” (bueno, más o menos…). Se dio la casualidad que amigo suyo de Madrid al que hacía tiempo que no veía estaba de vacaciones en Coruña con su novia, así que a Coruña nos vamos! Blanca preparó rápidamente unos súper sándwiches riquísimos para la cenita, cogimos el coche y… nunca llegamos a esa cita.
Un poco antes de las doce de la noche nos empotrábamos de frente con un BMW a la altura del Espíritu Santo destrozando mi coche… Después del nerviosismo inicial y de comprobar que ninguna de las personas implicadas había sufrido daños importantes, tocó pasar un tiempito con la guardia civil, con la gente del 061, con la grúa…. gente a la cual agradezco desde aquí su atención. La noche acababa de empezar, porque de allí nos fuimos directos al Juan Canalejo, donde nos aguardaban nada más ni nada menos que siete horas en urgencias… Afortunadamente no sufrimos daños de gravedad, prueba de ello fue la mini sesión improvisada de fotos que le hice a “Wheelchar Ninwen” ante la cara de estupefacción de los allí presentes. Así somos, payasetes hasta en situaciones límite…
Sin duda esa experiencia, la alegría de haber salido ilesos y todos esos momentos tan intensos que compartimos hizo de Blanca y de mí, algo más que hermanos.
Casi a las 7 y 30 de la mañana un taxista nos devolvía a cada uno a nuestra casita y se terminaban nuestras vacaciones… El plan de “mañana hacemos más fotos” ya no se pudo llevar a cabo al quedarme sin medio de transporte y no tener forma humana de ir a Sada a hacer fotos o al menos a despedirme de mi diablilla.
Anécdotas aparte, tiempo para hablaros del procesado. Tras corregir un poco las distorsiones de la lente de la foto original, me parecía tan sumamente buena y bonita, que pensé en no hacerle nada más. Pero tal vez la cultura “Photoshopeica” que tenemos tatuada en el cerebro me dijo “Álex… no puede ser que esta foto ya esté bien sin hacerle nada”. Y así fue… Jugando un poco con curvas… decidí darle un aspecto “vintage” con un revelado cruzado. Y así quedó. Realmente mi idea era de foto en blanco y negro, de hecho existe esa versión también… pero a la hora de escoger cual colgaría en DEADLYWOOD, mi profe Rocío Brage me dijo que era una pena perder toda la gama cromática de la versión en color.
Por hoy, poco más, simplemente decirle a Blanquita que la quiero sobre todas las cosas, que es un auténtico amor como niña / amiga / modelo / cómplice y malévola y que me tarda muchísimo verla de nuevo. Te quiero muchísimo tiburoooooooona de la maldad… muchas gracias por haber compartido conmigo esos momentos tan intensos y por haberme regalado todas las obras de arte que has creado para mí.
Te quiero!!!