Hoy en nuestro recorrido diario por las bellezas de DEADLYWOOD toca detenernos a conocer un poco más del encanto de otra de las niñas a las que más cariño le tengo: Vanessa Cabaleiro.

Vane es una personita súper especial. Para mi opinión, la tatuada más bonita y con más gusto y estilo de todas las que he visto por Galicia. De hecho, ella sabe que estoy absolutamente enamorado de su brazo, cualquier día se lo robo!. Una niña preciosa, con un corazón de oro y con una personalidad muy parecida a la mía, lo que tal vez haya hecho que el vínculo entre nosotros sea tan fuerte y nos sepamos entender tan bien.

Pero las cosas con Vane no siempre fueron así de fáciles. La descubrí hace un par de años en las fotos de un buen fotógrafo y compañero como es David DMD… en una serie en la que iba vestida como una princesita, donde lo que más me llamó la atención fueron unas estrellas tatuadas que lucía de forma espectacular. Ahí empezaron los primeros contactos, aunque sin demasiado éxito… Demasiado carácter y un interés muy limitado hicieron que Vane pasase a ser otro contacto “más” de mi facebook. Pero con el tiempo los tatuajes de Vane fueron “reproduciéndose” y mi interés y cabezonería mayores, hasta que al final nos dimos la oportunidad de ir conociéndonos y descubrir que además de ser muy parecidos, perseguíamos intereses bastantes similares.

Después de un parón fotográfico, Vane decidió en su retorno al mundo de las cámaras contar conmigo. Casi de un día para otro organizamos algo, se vino de Vigo hasta Sillobre y dada las ganas que tenía, el esfuerzo en plantarse aquí y el cariño que le tengo, había que llevarla a un sitio especial, para hacer algo especial.

Opté por llevarla al llamado “pozo negro” un lugar paradisíaco del cauce del Río Belelle y gracias a Dios, no demasiado transitado ni explotado fotográficamente. Las anécdotas comenzaron desde el primer momento de la tarde, cuando “Vanedivinadelamuerte” se presentó con unas megacuñas (solo para ser más alta que yo) y tuvimos que empezar el “descenso” a dicho lugar. Para quien no conozca el sitio, aclararé que la “bajada” por llamarle algo, tiene una pendiente súper pronunciada, el camino es inexistente, y lo más normal, aun calzado “comodiosmanda” es caerse.  Toda una odisea, para la cual al final la señorita tuvo que rendirse y bajar descalza, ja ja ja. Serás mona!

Una vez allí, y aunque una de las ideas era meter a Vane en el agua, pensamos que se podría quedar congeladita, con lo cual optamos por otras alternativas aprovechando un poco lo mágico del paraje. Una de las anécdotas de esa tarde, de las muchísimas que hubo, sucedió cuando ya saltando de piedra en piedra en medio del agua, para sacarle una foto tumbada sobre un tronco, resbalé y para evitar caerme al agua cámara en mano, la agarré con todas mis fuerzas y destrocé un par de costillas al caerme sobre la roca. La cara de Vane fue un auténtico poema… pero yo me incorporé como pude e hicimos la foto, ja ja ja.  Como en caliente no me dolía demasiado aun tuvimos tiempo para continuar el resto de la tarde haciendo fotos, primero saliendo de allí, que también costó, bajando a la fervenza, escalándola para hacer más fotos… e incluso terminando conmigo perdiendo una de mis deportivas (lo que significaba volver a casa caminando unos cuantos km descalzo de un pie, sumidos en la más absoluta oscuridad, porque a esas horas la noche ya se nos había echado encima – suerte que conozco bien el camino y que íbamos armados con un móvil a punto de agotarse la batería… ) aunque después de unos minutos la localicé antes de que se la llevase el río! Lo que no me pase a mí…

Hablando del procesado, esta foto fue acusada más de una vez de ser una manipulación total de photoshop. Básicamente a Vane y a mí nos dijeron algo así como “vaya retoque más cutre… no se nota ni nada ese fondo pegado”. Bueno… aquí está la prueba de que así fue, ja, ja, ja. Podéis jugar a buscar las diferencias pero ya os digo yo que lo único que hice fue darle un poco más de protagonismo al tatuaje de Vane y hacer que los colores tuviesen más vida. Del resto nada más: Vane existe… ese lugar también… y si se hace una foto en condiciones no se necesita engañar a la gente con montajes.

Desde DEADLYWOOD poco más por hoy. Solamente agradecer un millón de veces a Vane toda su confianza, amistad y gran corazón… Eres un cielo y para mí siempre serás la número uno de la tinta con ese brazo tan precioso. Pronto más maldades juntos, vale? Que tenemos muchas cosas, y buenas, en mente.

Muchas gracias Vaniosidad.