Definitivamente el sol y yo no nos llevamos bien. Si el otro día os hablaba acerca de lo mal que lo había pasado por su culpa y de las dificultades que había tenido en la sesión de Yaiza, el caso de Libertina fue similar, pero muuuuucho peor.
Atenas, Abril, 12 de la mañana, casi 40 grados… ese era el panorama, y no porque yo lo hubiese escogido, sino porque cuando tienes a muchas personas que fotografiar en un plazo de tiempo muy limitado, a alguien le tiene que tocar esa franja horaria.
Libertina, o Eleni, es una chica albanesa que conocí gracias a las fotos que le había hecho otra gran amiga que también está presente en DEADLYWOOD: Ninel. Quedé con ella en Atenas, y como queríamos hacer algo en algún edificio, fábrica o lugar abandonado, decidimos irnos al Pireo. Sí, al mismo Pireo que es tan típico, lujoso y turístico que sale hasta en la peor guía de viaje de Atenas. Pero mientras toda la gente va allí buscando glamour, lujo, fiesta, etc… Álex va buscando edificios abandonados.
Empezamos a trabajar en una especie de callejones que estaban al lado de la estación de tren, bajo un sol infernal que una vez más me costaba muchísimo domar. Por si eso fuera poco, en nada tuvimos público, ya que unos cuantos vagabundos que por allí andaban, decidieron alegrarse la vista ante semejante espectáculo fotográfico.
La situación era incómoda: entre el sol, la expectación, Eleni que no tenía experiencia, el calor, vigilar las cosas, el saber que estaban saliendo un churro de fotos… Al final optamos por el “plan B” que era cambiar de localización. Encontramos el acceso a un edificio abandonado, pero una vez más, el mundo “homeless” estaba por allí presente. Tuvimos que esperar y hacer el tiempo sacando más fotos a pleno sol mientras la entrada quedaba despejada, algo que tardó unos 30 minutos en suceder.
Al final y cuando no hubo moros en la costa, conseguimos abrirnos paso hacia el edificio y allí dentro, y ya sin tanto sol pudimos empezar a trabajar en condiciones. Pero las sorpresas no acabaron ahí… otro vagabundo nos dijo que él vivía ahí y (tranquilos, esto no es Barcelona!) que no había problema en que hiciésemos fotos en su casa. Es más, ahora que lo recuerdo, estaba bastante interesado en que le sacase una foto con Eleni, cosa que a ella no le hacía gracia alguna. Continuamos trabajando y al poco tiempo vimos que se había hecho tarde, era hora de comer y teníamos todavía una en tren al centro de Atenas… así que recogimos el chiringuito.
Pero como SIEMPRE sucede, las cosas menos pensadas son las mejores. Y esa sesión se salvó cuando ya al haber recogido y estarnos dirigiendo hacia la salida, vi la puerta… el fondo… el encuadre… y le dije a Eleni “espeeeeeeeera, una foto más!!! Vete a la puerta…” Y así fue. La coloqué tal y como veis, le hice 2 ó 3 fotos horizontales y otras 2 ó 3 verticales (una de las cuales me encanta y fue digna competidora de la que hoy os comento para formar parte de DEADLYWOOD) y misión cumplida!!!
Poco más… recoger de nuevo rápidamente, una hora de tren a Atenas, más calor, conversación acerca de H.I.M., despedida, comer a toda prisa y por la tarde… a por otra niña.
En el aspecto photoshop que tanto le gusta conocer a la gente, lo que intenté fue añadirle un poco más de “fuerza” a la foto, envejeciéndola, cargándome todo el color y dándole ese aspecto de sucio con una textura. Acentué un poquito los ojos de Eleni, la dejé un poco más pálida y prueba superada.
Un abrazo enorme a Libertina y una vez más, mi más sincero agradecimiento por haber compartido esa sesión tan caótica conmigo.
Mañana más.